miércoles, 27 de febrero de 2013

El extraño caso de Hoffman






Como actor, Dustin Hoffman es o, mejor dicho, era un extraño caso. Podía ser sublime y también exasperante. Cierto que lo mismo pasa con otros muchos actores. Lo raro de Hoffman es que aciertos y defectos ocurrían en una misma película, como si en algunas escenas hubiera dado con la esencia del personaje para olvidarla en la siguiente y volver a un punto álgido sólo momentos después. Tal vez la única vez que le vi en una continuidad notable fue en Lenny, del injustamente olvidado Bob Fosse.

Hasta hace un par de años, cuando el extraño caso de Dustin Hoffman se tornó aún más raro (para fortuna de todos). Por casualidad, y casi sin ganas, alquilé Last change Harvey, una historia de amor otoñal ambientada en Londres y protagonizada por Hoffman y Emma Thompson. 

Anonadado, descubrí a un actor que no quería robar planos, contenido, profundo y amable. La pareja protagonista, la correcta dirección, la buena escritura de los diálogos y la cuidada producción marcaban la diferencia con lo que hubiera servido como detritus de telefilme de mediodía: la nobleza de un trabajo honesto. Ambos intérpretes llegaron a momentos de desarmante humanidad y lograron trasmitir, sin excesos y sin defectos, algo bien difícil: la imperiosa necesidad de amar y ser amado en el tramo final de la vida, sin ceder a dar esta por conclusa desprovistos de afectos profundos.

Extraño caso. En El Cuarteto ha vuelto ha trasmitir ese mensaje pero como director, demostrando que la autoría y la interpretación de un tema pueden abarcar diferentes disciplinas en el cine. 




El pase de la película al que asistí con mi mujer fue único. Un sábado por la noche, en los cines de una gran superficie comercial, sólo estuvimos ella y yo en la sala. Así pues, mi entusiasmo por esta película debe tamizarse. No sé lo que me hubiera parecido en otras condiciones. No era raro que estuviera vacía la sala. Al fin y al cabo se trata de un argumento de viejos y, además, cantantes de ópera, sin mucha promoción y sin las famosas candidaturas a los Óscar. Nosotros tuvimos muy buena suerte. Lo siento por Hoffman.


Las similitudes entre Last change Harvey y El Cuarteto se mantienen también en la forma. No hay apenas nada en el argumento que impida su sencillez. Renuncian a la basura sentimentaloide para cuidar el sentimiento. Como ocurría con la anterior, todo progresa firme hacia un final. Los diez últimos minutos de ambas son una joya del cine en estos años. Sólo por ver la conmovedora mirada de la gran Maggie Smith que cierra El Cuarteto, sólo por oír la frase final de Hoffman en Last change Harvey vale la pena tenerlas en la viodeoteca. Qué extraños y deliciosos regalos estos de Hoffman.










2 comentarios:

  1. ¿Dónde pueden verse las dos películas que citas? Sinceramente no recuerdo ninguna de las dos en los cines. Su promoción ha debido de ser un poco deficiente. Saludos desde Barcelona y me alegra leerte de nuevo. Aire fresco. Silvia

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  2. ESTA NOCHE EN LA SEXTA SE PUEDE VER **NUNCA ES TARDE PARA ENAMORARSE**. YA VEREMOS QUÉ TAL. MAÑANA OS CUENTO.--.

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