jueves, 28 de abril de 2011

Affleck y Damon: dos románticos con inteligencia



No me apeo aún de Steiner, siquiera para introducir esta nueva entrada. En Errata defiende que el amor, si bien irracional, es la construcción más inteligente que nos es posible frente al odio. Hace ya algunos días pude ver dos películas The Town ciudad de ladrones y Destino Oculto, (absurda traducción de The Adjustment Bureau) en las que el amor, al contrario de lo que suele ocurrir en la mayoría de las tramas que se dicen románticas, era tratado con inteligencia. De ahí que ambas contuvieran un auténtico sentimiento.

La primera se debe a la presencia y dirección de Ben Affleck. La segunda, tiene como protagonista a Matt Damon. La primera narra la historia de un delincuente (Affleck) que cambia su rumbo al conocer a una chica en un atraco y bebe del 'polar' francés y su capacidad para hacer de un 'fuera de la ley' un héroe romántico.



La segunda, Destino Oculto, es una extravagancia basada en un relato de ese extraño y desafortunado genio que fue Philip K. Dick en la que un hombre (Damon) lucha contra burócratas del destino en pos de su amada.





Ambas tienen como motor a dos actores que creen en la posibilidad de ser galanes sin tener que dejar la materia gris a la puerta del rodaje. Es más, todo lo contrario, siendo unos cuidadosos y acertados lectores de guiones. Podrán decir que son buenas películas y no grandes películas. Sea. Pero en The Town  me conmueve la evocación del momento en que el criminal libera a la rehén, de la que ya está prendado, caminando descalza en la playa con los ojos vendados y con la instrucción de parar cuando sus pies toquen el mar. Y en Destino Oculto arrebata la huida de los amantes a través de puertas que les hacen saltar de un lado a otro de la ciudad, convertida en un laberinto donde intentan encontrar refugio en vano. Hay que tener un buen dominio de la prosa cinematográfica para rodar una secuencia que sea un verso inmortal.