Hubo tiempo en que mi seguimiento de la crítica cinematográfica era tan constante como mi pasión por el cine. Luego, sencillamente, ambas decayeron. Aún no sé a ciencia cierta porqué, pero lo cierto es que no eché nada en falta. Creo que abusé tanto del séptimo arte como de las opiniones de aquellos que lo glosaban para entender la vida, algo que puede estar bien en la juventud pero que llegado a la madurez empieza a robar mucho tiempo de esa vida que comprendes como un tiempo finito. Sin embargo, el otro día volví a comprar la revista Cahiers du Cinema, pues incluía un especial de Claude Chabrol.Sólo puedo decir que la publicación ha progresado de manera excelente, desde la poesía de su portada a un plantel de críticos pertinentes (no practican el camino fácil de la impertinencia). Pero, sobre todo, me emocionó, y mucho, encontrarme con un artículo escrito por el propio Claude Chabrol del año 53, media década antes de que se pasara de la crítica a la dirección.
El fallecido director francés elogia Cantando bajo la lluvia como una obra maestra y a su director, Gene Kelly, como autor. No soy aficionado al musical, pero quién puede resistirse a un título de reseña como este: 'Que mi alegría perdure'. O a su magistral primer párrafo: 'La danza es uno de los medios más naturales que tiene el hombre para expresar lo que no sabe decir. Y lo que el hombre nunca ha sabido explicar con palabras -tan locuaz como se muestra para sus infamias y sus desesperos- es su alegría'.
Tal vez por eso dejé de leer crítica de cine. Porque no tenía palabras como las anteriores, que dan la vida.
((La revista en formato digital http://www.caimanediciones.es/))




